
Autor: OPS / UNICEF
Año: 2019.
Se calcula que un 43% –249 millones– de los niños menores de 5 años en países de ingresos medios y bajos sobreviven, pero no alcanzan su pleno potencial de desarrollo (The Lancet, 2016). En consecuencia, a muchos niños y niñas se les niega su derecho a estar físicamente saludables, mentalmente atentos, emocionalmente seguros, socialmente competentes y capaces de aprender al máximo, mientras que esto conlleva para sus países una pérdida del 25 por ciento de la productividad en la vida adulta. En respuesta a estos desafíos, los servicios de salud, el personal de salud de los centros de atención infantil y otros servicios comunitarios tienen un papel importante en la promoción del desarrollo en la primera infancia, especialmente de aquellos que viven en las comunidades más pobres y marginadas, quienes enfrentan rezagos en el desarrollo o discapacidad y viven en entornos de violencia, conflicto o desastres de origen natural.
Las investigaciones sobre el desarrollo infantil y las intervenciones que mejoran la calidad de cuidadores y de familias, contribuyeron al diseño de la intervención de la Organización Mundial de la Salud y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (OMS/UNICEF) sobre el cuidado para el desarrollo infantil. La intervención recomienda a las familias y otros cuidadores, actividades de juego y comunicación con el fin de estimular el aprendizaje de sus niñas y niños pequeños.
Además, mediante el juego y la comunicación los adultos aprenden a ser más sensibles y, de una manera efectiva, a mejorar su capacidad de responder a las necesidades de sus niños y niñas. Estas habilidades básicas de atención contribuyen a la supervivencia infantil, crecimiento y desarrollo saludable.
La investigación seguirá buscando dar respuesta a las preguntas de la comunidad mundial sobre la eficacia de la intervención CDI en su capacidad para mejorar el desarrollo del niño o niña y su crecimiento saludable, así como sobre su repercusión en familias y otros cuidadores en los diferentes contextos.
Por otra parte, este marco conceptual está dirigido a las personas que coordinan la incorporación de la intervención CDI en los programas y servicios que atienden a niñas y niños pequeños y sus familias, junto con socios en el sistema de salud y educación, Organizaciones no Gubernamentales (ONG) locales y nacionales y otros actores que trabajan con familias y cuidadores de niñas y niños pequeños, especialmente con los más desfavorecidos.
El marco conceptual supone que antes de desarrollar la intervención, un análisis de situación ha señalado la necesidad de mejorar el desarrollo infantil y las prácticas de atención familiar. Por ejemplo, los niños y niñas de la zona de cobertura muestran malos resultados en las evaluaciones del desarrollo, presentan una tendencia al rezago del crecimiento asociada con un bajo rendimiento, tienen acceso limitado a servicios de Desarrollo para la Primera Infancia (DPI) y educación primaria de calidad, a medida que crecen, o no están adecuadamente preparados para la transición hacia y durante los primeros grados de la escuela primaria.

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