
Autor: Ana Leyva
Año: 2018.
Los pueblos indígenas han sido históricamente marginados de la vida económica, social y política del país. Son pocos los beneficios que la sociedad y el Estado les han brindado y, generalmente, no han sido los más apropiados. Esto ocurre con los servicios públicos cuando son diseñados para otras realidades o para sociedades culturalmente diferentes.
En este contexto, la consulta previa se presenta como uno de los mecanismos para cambiar una relación histórica —basada en la imposición— entre el Estado y los pueblos indígenas; es decir, se presenta como una oportunidad para que mediante el diálogo intercultural se tomen decisiones que garanticen la existencia, el libre desenvolvimiento y el bienestar presente y futuro de estos pueblos, y en consecuencia, el ejercicio efectivo de sus derechos.
Nos preguntamos si en seis años de implementación de la consulta en el Perú se está avanzando hacia ese propósito o existe una sensación de fracaso que está llevando a que pierda relevancia en la agenda indígena. Hacer esta evaluación pasa por centrar los puntos del debate: ¿quién está decidiendo qué se consulta?, ¿qué se viene consultando en el Perú?, ¿cómo se está consultando?, ¿cuál es la eficacia de la consulta?